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lunes, 11 de junio de 2012

Isabel Muñoz, fotografía


La mano de Camboya. Una noche magnífica de hace dos o tres años (ya no tengo memoria), en Ankor (Camboya), en un pequeño teatro vi a unas jóvenes bailar y este brazo alzado, los dedos rizados como un ave del paraíso es una instantánea de aquellas danzas bellísimas. La elegancia de aquellos cuerpos, la sutileza y armonía de sus movimientos, la magia de su tierra, su olor; esta fotografía me ha devuelto un viaje inolvidable.














"Esa mano me protege, detrás de ella hay una historia tristísima", confiesa Isabel Muñoz a El País Semanal. "Después de Pol Pot, que acabó con la cultura de su país, solo se salvaron tres bailarinas. Esta era una de ellas, entrenada desde niña porque es muy difícil mover los brazos. Tenía 17 años y era guapísima. Pero el primer ministro, Hu Sen, se encaprichó de ella, y aunque ella se resistió, al final tuvo que convertirse en amante de un hombre que le parecía gordo y asqueroso. Al corriente de la historia, la mujer de Hu Sen la mandó matar. Esta mujer, como su marido, sigue en el poder, impunes. Para mí, esta mano es un homenaje a la injusticia y a la indefensión. Es una imagen que, pese a su tristísima historia, me protege. Era ella una bailarina especializada en hacer el rol de hombre, por eso no veo solo una injusticia contra una mujer, sino contra todo un pueblo. Veo a todas las personas, allí y también aquí, a las que la ley da la espalda."














Me encanta el trabajo de esta fotógrafa. Recuerdo una exposición sobre la infancia que montó hace algún tiempo en las salas de Caixa Forum, en Madrid, niños de distintas partes del mundo que mostraban la realidad en la que vivían, difícil de contemplar para una hipócrita sensibilidad del primer mundo, como la mía.




En esta ocasión he preferido mostraros solo la belleza de su trabajo. Tiene una página web que os recomiendo.

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